Todo comienza una tarde invernal de sábado. Entre cervezas sin alcohol y nestea paso la tarde esperando a que se desocupe la primera Jota y “Alma mater” del grupo. Sobre las once de la noche partimos hacia la finca donde nos esperan dos Jotas más con una buena lumbre y unos cafelitos calientes. Ante “semejante despliegue”, a alguno le entran ganas de amagarse en el sofá junto a la chimenea, pero finalmente le convencemos para que se venga de “safari” nocturno.
Mentalizados, nos ponemos en marcha dispuestos a pasar un buen rato de rececho. La noche es ventosa y hace bastante frío. Nada que una buena ropa de abrigo no pueda solucionar. La luz reflejada por la luna parece el foco de un plató de televisión. Tengo la sensación de formar parte de un serial en el que el desenlace está a punto de ser rodado. Tras un largo rato sin avistar nada, localizamos un guarro comiendo bellota debajo de una encina. Está solo y parece un guarro considerable, por lo que decidimos hacerle la entrada.
La escena es algo cómica puesto que vamos los cuatro en fila india de encina en encina para no ser descubiertos. Lo malo es que el marrano entra en el juego de ir de árbol en árbol. Siguiendo sus pasos intentando conseguir ponernos a tiro, entran en escena otros tres guarros. Éstos hacen que perdamos al otro de vista, haciéndonos cambiar de objetivo.
En estas nos encontramos cuando el guarro de las 4 Jotas aparece como de la nada igual que un fantasma. Viene derecho hacia nosotros. ¡Se nos va a meter encima!. Nos preparamos, esperamos a que cumpla y finalmente lo abatimos. Desde aquella noche nuestras iniciales inmortalizan el nombre del guarro de este relato.
Javier, buen guarro y bonito lance.
Un saludo.
Gracias Eduardo, lo pasamos en grande aquella noche. De las que quedan para siempre en el recuerdo. Un saludo.
Joder jarocho, lo psasteis en grande y como lo cuentas en tu relato tuvo que ser de lo más emocionante-cómico, de esos buenos ratos que permanecen en el recuerdo para muchísimo tiempo. Un saludo Fitiparti.
Qué razón tienes Fitipardi. Una buena definición: emocionante-cómico. Así fue. Nos gusta disfrutar la caza con alegría y no te imaginas lo que puedes llegar a reirte con los figuras que tengo por compañeros de andanzas. Un abrazo.