

Querido Juanjo, eres una de esas personas que has calado hondo en mi vida desde que nos conocimos. En estos momentos tan difíciles que nos está tocando vivir, nada es comparable al dolor de una pérdida como la de un ser querido, como la tuya. Sólo espero que desde donde estés cuides de tu familia y de los que aún nos quedamos un poco más en este mundo.
Me has dejado un poso inigualable. No he conocido a ningún cazador, A NINGUNO, que viviese con tanta emoción la caza como tú. Jamás olvidaré el día en que abatiste este muflón. ¡La máxima expresión de felicidad, ese eres tú, con tu muflón! Siempre te estaré agradecido por tan maravilloso atardecer con tu trofeo. Juanjo, «campeón» (como dice nuestro querido Pascual), sigue disfrutando de la caza ahora que estás en el mejor coto. Acuérdate de nosotros, y guárdanos algún bichete para cuando vayamos a cazar contigo.
Un fuerte abrazo Juanjo.
